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lunes, 16 de mayo de 2011

Albur, una casa de comidas renovada, en el castizo barrio de Malasaña

Dicen de si mismos que son una taberna y una casa de comidas al estilo antiguo. Está emplazada en un local de la mítica calle Manuela Malasaña que da nombre al popular barrio, zona de casticismo y solera madrileña y que junto a los Austrias es el barrio más visitado de la capital. Este local se ha utilizado como taberna desde 1933, pero fue el Albur quien en 1995 le dio un cambio para incorporar y actualizar la cocina tradicional española. La barra suele estar abarrotada porque con las cañitas ponen unas tapas deliciosas (el queso, especialmente, es para no perdérselo). Para las mesas, generalmente no hay que reservar, pero es recomendable ir a primera hora porque luego el sitio se llena, y no es para menos. La carta es ideal para disfrutar de lo mejor de la gastronomia joven y tradicional, donde la calidad, buen precio y estupendo servicio, unido con la originalidad de sus platos gustará a los exigentes y sorprenderá a los más curiosos. Es una cocina llena de sabor y sensaciones, de la que destacan los arroces, el pescado de Cádiz, los productos de León, la morcilla, el picadillo, la cecina, la ensalada de pescados marinados, el atún almadraba de Cádiz, el carpaccio de pulpo, la carne de buey con salsa de frambuesa o el solomillo de carne charra (Salamanca). Además en invierno los fogones se llenan de platos calientes destacando el cocido maragato y las lentejas estofadas. Cuenta con un buen menú del día ( tres primeros y tres segundos), a muy buen precio.
En cuanto al vino, tienen pocas referencias pero bien elegidas. Muchos variedades de Vinos de Telmo Rodriguez (105, Basa, Lanzaga, Almudevre, Gago..) a precios normales (12 euros) y algunos vinos de Can Rafols del Caus (entre ellos el cava Gran Caus, bastante bueno a 18 euros).
Albur está en Malasaña, un barrio donde hay multitud de bares, cafés y locales nocturnos. El barrio poco a poco va peatonalizandose y convirtiendose en un lugar cada vez más agradable. En sus encantadoras placitas como las de San Ildefonso, de Juan Pujol, del 2 de Mayo, o de las de las Comendadoras y de la Glorieta de Guardias de Corps en el barrio del Conde Duque uno puede tomar un café o una caña y contemplar el personal que va desde el joven roquero o gótico al intelectual alternativo, además de la gente castiza vecina de la zona de toda la vida. El barrio recibe su nombre de la bordadora Manuela Malasaña. Ella fue una de las protagonistas del suceso histórico que tuvo lugar en estas calles: En 1808, Madrid estaba ocupado por las tropas napoleónicas y el 2 de mayo, el pueblo se levantó contra el invasor, la revuelta fue acallada y de ahí los fusilamientos del 3 de mayo --el famoso cuadro de Goya-. Manuela Malasaña era una joven bordadora que fue detenida y fusilada por llevar unas tijeras, que según los franceses eran un arma. La otra "revolución" que sucedió en Malasaña fue la Movida madrileña: En los años 80, emergió en la ciudad un fenómeno juvenil importante, puesto que lideró los profundos cambios sociales, morales y estéticos que se produjeron con la caida del franquismo: Malasaña fue el centro de La Movida.
Restaurante Albur.
Calle Manuela Malasaña, 15
28004 Madrid - Madrid
Teléfono: 91 594 27 33


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