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domingo, 14 de agosto de 2011

Etiopía, un país sorprendente, orgulloso y enamorado de su historia

La hambruna que devasta el país ha generalizado la errónea creencia de que Etiopía es solo un desierto pero la gran meseta central que recorre una gran parte del país es la mayor zona fértil de Africa. Los desiertos existen en las fronteras con Kenia y la costa somalí, pero no los visitan los turistas y a todos los efectos Etiopía es verde y con un impresionante paisaje.
El país es cálido, agradable y animado y sus gentes tienen su propio sentido de la identidad y superan todas las expectativas aunque su pobreza haga que retrocedas en el tiempo. Los etiópes no tienen ninguna duda sobre sus orígenes, su tierra fue fundada por un tataranieto de Noé y, según los cristianos que son mayoría en el país, el Arca de la Alianza está guardada bajo llave en Maryam Zion y solo se permite la entrada al guardia oficial. Las religiones más fuertes son el cristianismo-muy influenciado por el judaismo- y el islám y la mayoría de los cristianos pertenecen a la iglesia ortodoxa etíope. La moneda oficial es el birr aunque en todas partes aceptan dólares-más difícil es pagar con euros, solo se puede en algunos hoteles de Addis Abeba- y hay vuelos internos a los principales destinos turísticos como Bahir Dar, Gondar; Lalibela y Axum. En los pueblos puedes moverte en taxi, en gari-coches de caballos-o en una especie de carromato azul cubierto con un toldo que te transporta sorteando todo lo que se mueve por las carreteras: animales, niños, gente...toda una odisea.
La comida etiópe es picante, abundante y barata. Uno de los platos típicos es la injera, una especie de panqueque hecho de tef, un cereal con sabor a nuez que te presentan fermentado durante tres días y sobre el que se pone todo tipo de comida aunque la más típica es el estofado de wat. La injera tiene una testura como de goma espuma y se utiliza como cuchara para coger con la mano porciones del estofado. Es habitual que los etiópes coman todos del mismo plato. La carne que se consume es la de ternera, cordero o cabra aunque hay wats vegetarianos para los días de ayuno de los ortodoxos que son los martes y los viernes o de la Cuaresma etíope que dura la casi totalidad de marzo y abril en la que solo consumen platos vegetarianos. En un país como Etiopía parece que cuesta hacer turismo y disfrutar entre tanto sufrimiento pero ellos quieren fomentar el turismo porque crea riquea y puestos de trabajo. Los etíopes son gente cálida, amable y encantadora, incluso la gente más pobre siempre parece contenta de recibirte y hablar contigo aunque solo sea mediante gestos. De cualquier forma, los viajeros deben ir psicologicamente preparados para ver imágenes muy duras y para que a la mínima alguien te pida dinero, en especil en las ciudades. En las poblaciones es común que te sigan un montón de niños llamándote faranji (extranjero), les puedes contestar diciéndoles habbishat (etíope) en amarigna lo que les deja asombrados y algunos te piden dinero   o algún regaloaunque todo el mundo recomienda no darles. La palabra que todo el mundo debe conocer es aishi que sirve para decir tanto vale, como hola y adiós.
Addis Abeba es la tercera capital del mundo en cuanto a tamaño con un clima que alterna una temperatura templada durante todo el año con lluvias torrenciales. La primera impresión puede resultar un tanto chocante porque hay mendigos, lisiados, conductorers de taxi y vendedores intentando llamar tu atención pero si esperas, la ciudad poseee un ambiente de vitalidad que resulta contagioso, con alicientes para mantener entretenido varios días al viajero curioso, una ciudad singular e inconfundiblemente etíope, como debe ser. En la ciudad debe haber como unos mil hoteles, la mayoría de mala muerte, aunque de ellos hay cien aprovechables entre los 30 y los 200 dólares. Addis es una ciudad con muchos robos casuales pero es tranquilísima en cuanto a violencia comparada con otras ciudades de Africa como Nairobi. En Addis destaca la catedral de San Jorge, el Merkato -el más grande de Africa-, el Museo Nacional o el Palacio Imperial.
En Gondar se pueden visitar los Castillos Faslidas, los Baños de los Faslidas, el Palacio Kusquam y la Iglesia Debre Brhan Selassie o los Poblados de los Falashas, etnia de judíos negros. En la ciudad de Bahar Dar, es donde se encuentra el naciemiento del rio Nilo, el Lago Tana y los monasterios de las islas del lago.Se trata de un país antiguo que te desconcierta: desde las culturas judaicas de las tierras altas a los coloridos pueblos del sur del valle del OMO, desde los parques afro alpinos de las montañas de Bale a las cataratas del Nilo Azul, una tierra donde algunos sitúan el origen de la humanidad. Etiopía es un país enamorado de su historia y con un especial sentido del orgullo. Como curiosidad decir que el país produce uno de los mejores cafés del mundo y que el antiguo emperador Haile Selassie, apodado Rey de Reyes, inspiró el movimiento rastafari de Jamaica. Para entrar en el país solo hace falta la vacuna de la fiebre amarilla aunque es conveniente tomar Malarone, la profilaxis de la malaria, ya que hay mosquitos en zonas húmedas y bajas aunque Addis Abeba no es una zona endémica. Y cuidado con las plagas de pulgas en zonas como Lalibela, las hay aunque casi nadie te advierte. Para viajar por el país Sanidad Exterior recomienda además llevar ún antidiarréico y suero para mezclar con agua que siempre hay que beber allí embotellada.

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