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viernes, 31 de agosto de 2012

Garlochí en Sevilla: beber 'sangre de Cristo' entre vírgenes y baldaquinos, en un bar barroco, único en el mundo

Música sesentera acompañada de una jarra de "Agua de Sevilla" -un cóctel de cava, zumo de naranja, licores y clara de huevo batida- y un decorado barroco y algo kitsch que hace que parezca que te has metido de lleno en la Semana Santa sevillana. Todo eso y mucho más es "El Garlochí", una curiosidad que hay que visitar, al menos una vez en Sevilla, junto a la plaza de la Alfalfa. Vírgenes y cuadros con vígenes y otras no tan vírgenes -como la Duquesa de Alba y su hija Eugenia-, ángeles y retablos decorando las paredes, así como un baldaquino sobre la barra, son parte de este bar que visitan desde señores con ochenta años vestidos de manera tradicional, guiris que no saben si han entrado en un bar de copas o en el museo de artes y costumbres populares o grupos de gente joven de la ciudad. Nada más entrar hay un altar que, dependiendo de la época del año, rinde culto a la Virgen del Rocío, al Corpus Christie o a la Semana Santa.  En Garlochí a pesar de su aspecto hiperreligioso mezcla lo divino y lo lúdico: se fuma y se sirven todo tipo de copas, pero lo típico es pedir una sangre de Cristo, un cóctel para mi gusto demasiado dulzón, con granadina, cava rosado y whisky. Garlochí significa corazón en caló y el que nos ocupa, el local de la calle Boteros,  se encuentra ubicada en la confluencia con las calles Sales y Ferré y Alhóndiga.
Es difícil imaginar cuando llegas a la puerta que tras subir el par de escalones te vas a adentrar en un lugar semejante y hasta con un intenso olor a incenso, pero la música suena alta y no tiene nada que ver con el entorno: "Las flechas del amor", "La la la", "Black is black", "Buscando en el baúl de los recuerdos" o "Cuéntame", son algunas de las joyas bailables que puedes escuchar. El propietario lleva regentando el bar desde hace más de 30 años y en 2012 ha aparecido en "Grupo 7", una película  sobre una formación de policías corruptos y violentos en los años previos a la Expo del 92 de Sevilla,  creada por el director Alberto Rodríguez y el guionista Rafael Cobos . Hasta allí han llegado famosos como Madonna, que dicen que puso nombre al famoso cóctel de la casa, pero hay muchos sevillanos que no lo conocen y tampoco hay excesivo turismo. Lo dicho: un sitio que al final te gustará más o menos pero que te asombrará seguro y que merece la pena conocer.

Calle de  Boteros, 26.  41004 Sevilla
Desde las 22:00 horas hasta la madrugada.

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