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sábado, 3 de noviembre de 2012

Ortigia, corazón de Siracusa, una joya de gran rareza en Sicilia

Cicerón hablaba de ella como "la ciudad más bonita del mundo" y es que Siracusa llegó a representar el más grande asentamiento griego en Sicilia, y quedan numerosas muestras, como el teatro griego. Siracusa cuenta con uno de los patrimonios arquelógicos más ricos de Sicilia, con la península de Ortigia, nucleo original de población de los corintios que fundaron la ciudad, el parque arqueológico de Neápolis con su anfiteatro romano, el teatro griego, las Latomias o canteras de piedra, la Oreja de Dionisio, y la gruta Dei Cordari, o la de los Capuchinos, donde en época griega los esclavos extraían los bloques de piedra caliza para la construcción de edificios y murallas. Pero más allá de los monumentos, el gran atractivo de Siracusa está en la peninsula de Ortigia, fundada en el año 734 antes de Cristo por Eneas y que sirvió de origen a la ciudad. El recorrido perimetral por las murallas de Ortigia tiene algo de exótico y de conmovedor a la vez, el paseo por su malecón es impagable, con el fondo del Mediterráneo detenido como un lago.
Ortigia conserva su dibujo de patios, callejuelas y plazoletas escondidas, vestidas con elegancia del corte arquitectónico barroco, tan reseñable en la Sicilia Oriental. Andurrear por sus callejas es recrearse a cada paso con palacios renacentistas, iglesias bizantinas y barrocas, algunas restauradas, otras abandonadas, muchas en obras. Presidiendo la Piazza del Duomo con Santa Lucía alla Badia en un extremo, se ubica la catedral de Siracusa, considerada la iglesia más antigua de Europa,  con sus apacibles terrazas veraniegas. Griegos, romanos, bizantinos, normandos, árabes, suevos o catalanes han impreso caracter en la historia de esta península convertida en una joya de gran rareza. Ortigia está unida al continente por tres puentes. La plaza del Duomo, la Fuente Aretusa con patos y plantas de papiro y el castello Maniace, son tres de los lugares inolvidables de la isla. Tampoco hay que perderse su mercado vibrante y colorido que se celebra junto al puerto pesquero, con puestos de ropa pero sobre todo de alimentos de producción local : langostinos, pez espada, limones, naranjas o especias, almendras, pistachos, quesos o caracoles. Hay que disfrutar de la gastronomía que, como en el resto de Sicilia, se basa en platos marineros y de pasta y en la que, concretamente en Siracusa,  el pez espada es el rey, La zona arqueológica está a unos 20 minutos a pié de esta zona del casco antiguo de la ciudad de Siracusa. Hay que visitarla y descubrir por qué Siracusa es Patrimonio de la Humanidad.

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